Recuperando la Dignidad y la Misión del Trabajo

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¿A qué te dedicas? 

Esta es una pregunta común que se hace cada vez que se conoce a alguien nuevo. Y todos respondemos de manera diferente en función a nuestras actividades diarias. 

Uno podría responder: “Soy estudiante”, “Trabajo en tal o cual industria” o “Soy madre de cuatro hijos”(¡ella podría responder con certeza que tiene cuatro trabajos a tiempo completo!) 

No importa en la etapa de la vida que nos encontremos o el alcance de nuestras responsabilidades, todos trabajamos para una empresa en común. Como seguidores de Cristo, todos estamos en el negocio familiar. ¿Qué se hace en la empresa familiar? Cada uno maneja un metron.   

Un metron es una medida de responsabilidad que Dios te dio a ti, en medio de la creación, la cultura y la historia espiritual. El apóstol Pablo escribe en 2 Corintios 10:13 que: “Nosotros, no nos jactaremos de cosas hechas fuera de nuestro campo de autoridad. Nos jactaremos solo de lo que haya dentro de los límites del trabajo [metron] que Dios nos ha dado…”NTV 

De la misma manera, también nosotros nos encontramos con un campo delegado de responsabilidad en el Reino de Dios. Y sin este concepto fundamental, luchamos por encontrar un propósito. 

¿Alguna vez te has hecho las siguientes preguntas: ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué estoy haciendo este trabajo mundano? ¿Mi ‘trabajo’ está interfiriendo para hacer algo espiritualmente significativo?  

Si esto te suena familiar, entonces no estás solo. 

Pero yo sugeriría que ningún trabajo está fuera del negocio familiar y que todo el trabajo le importa al dueño (Dios). 

En otras palabras, ningún trabajo carece de propósito en el reino. Todo trabajo promueve o dificulta los objetivos del negocio; ningún trabajo carece de consecuencias eternas. Por lo tanto, cada uno de nosotros está llamado a vivir en la misión y hacer avanzar los negocios de Dios. 

Así que, si quieres recuperar la dignidad y la misión de tu vocación, empieza por aplicar estas métricas a tu trabajo y tu metron nunca volverá a ser el mismo: 

  • ¿Estoy poniendo orden en el caos? 
  • ¿Las personas experimentan la presencia de Dios cuando están en mi presencia? 
  • ¿Valoro este proyecto como si fuera precioso para el Padre? 
  • ¿La sabiduría de Dios es conocida a través de las soluciones que aporto a mi vocación? 
  • ¿La cultura de mi metron refleja la cultura del cielo? 

 

Dios te ha dado permiso y una co-misión para trabajar. 
Hay una misión en cada metron, ¿estás viviendo plenamente la tuya? 

Escrito por Jonathan Nowlen 

Autor del libro Managing your metron (Gestionando tu Metron) y fundador de Metron Manager project (Proyecto Gestor del Metron).